EL DIARIO DE ANA: San Valentín, por Ana L.C.




EL DIARIO DE ANA
SAN VALENTÍN
Ana L.C. Febrero 2011



Hoy es San Valentín y he recibido un regalo de un hombre que conocí hace algún tiempo, casi por accidente. 

No sé por qué lo ha hecho, ni por qué lo he admitido… Tal vez en el fondo me haya sentido halagada… Tal vez… Pero quizá eso le haya dado falsas esperanzas y me cause alguna incomodidad en el futuro, porque en realidad yo no creo en nada de esto, me refiero a las fechas señaladas y programadas, ni a los regalos sorpresa, ni tan siquiera me parece que creo en el amor… No, no por lo menos en ese amor tipificado del que todo el mundo habla… Quizá posea mi propio concepto del amor, pero tampoco lo tengo demasiado claro. Para mí la relación entre los seres humanos debería ser algo mucho más sencillo de lo que realmente es… Pero la verdad es que la vida es muy complicada…

El regalo es una orquídea, es bonita, dentro de su estuche de plástico y con lacito… pero está muerta y eso me da rabia. “Es que para demostrar su belleza hay matar la flor…” Escribió otro amigo que nunca me ha regalado flores, ni me ha enviado nada por San Valentín y que últimamente también ha dejado de creer en el amor a causa de una mujer que le ha deshilachado un poquito el corazón. Pero lo gracioso es que este hombre, el que parece que se ha hecho ilusiones conmigo, siempre está hablando de proteger perros y gatos y de defender toda clase de animales y plantas, y del medio ambiente y todo eso… Y va y me regala una flor muerta…

Es un hombre extraño, ahora que lo pienso… Sí, un poco rarito. Le gusta pintar las paredes de colores chillones y siempre parece lamentarse de algo. Dice que sus relaciones son complicadas… no me extraña.

Con la flor venía una tarjeta… muy naif y pulcramente escrita con una caligrafía demasiado cuidada para ser natural… La buena letra me suele dar un poco de grima porque la considero poco espontánea, demasiado trabajada para ser sincera… Sin embargo, lo peor era la dedicatoria: “Para mi nena, la más guapa y simpática.” Un escalofrío me ha recorrido por la espalda… era como sacado de una película rosa mala… ¿Qué hombre en su sano juicio puede llamar a una mujer “mi nena”? Me suena un tanto amanerado… Como a lo Gary Cooper… ¡Oh!, nena, churri, chochito… ¡por favor… ¿En qué pensáis los hombres?...

Pero, en fin, es lo que hay. Últimamente sólo le intereso a gente chocante… ¿Será que me estoy convirtiendo en un perro verde?... 

Finalmente he decidido que lo mejor para la orquídea es que vuelva a la tierra, con su estuche, el lacito y la tarjeta, por supuesto. No me sentía con fuerzas para alargar su agonía aprisionándola en un vaso con agua. Así pues, he abierto un pequeño hoyo en el jardín y la he enterrado con todos los honores.

Creo que no volveré a ver más a este hombre, ni admitiré más regalos en San Valentín.


Participación


Hola, soy Ana. Está será mi página cada mes. Si os apetece, podéis escribirme las cosas que os ocurren, lo que pensáis, lo que os agobia, o lo que os divierte… Intentaré contestar, pero no puedo prometer nada, ahora, eso sí, lo que me enviéis, saldrá publicado. Pero no os paséis, que luego el jefe lo censurará. Un besito.

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA LETRA Y LA MÚSICA: Hojas de otoño (La hojas muertas), por Ancrugon

LA LETRA Y LA MÚSICA: Castillos en el aire, de Alberto Cortez, por Ancrugon

CLÁSICOS DIVERTIDOS: El fantasma de canterville, de Oscar Wilde, por Ancrugon